Introducción
En este post voy a hablarte un poco sobre mi coche, un Jeep Gran dCherokee WH 3.0 CRD, cómo lo compramos, lo que nos costó, el estado en el que se encontraba y algunas cosillas más. ¡Espero que lo disfrutes!
Me llamo Jordi y tengo 46 privaveras. Si bien cuento con una amplia experiencia en mecánica, he tenido una gran cantidad de coches y vengo de familia de mecánicos (aunque yo no lo soy) jamás había tenido un 4×4, ni un SUV ni moto de campo/trail ni nada que se le pareciese.
Lo más cerca que había estado del mundo off road se reducía al Mountain Bike, deporte que estuve practicando en mi juventud desde los 13 a los 18 años aproximadamente, así que como ya habrás notado y notarás más adelante, soy un completo novato en esto del Off Road.
Mi anterior coche
En Mayo del año pasado teníamos un Audi A3 2.0TDI (motor BKD) automático con kit S-Line. Hace ya años que mis vehículos son todos automáticos, aunque eso dará para otro post donde hablaremos de esta preferencia largo y tendido.

El coche en sí no nos gustaba, ni a mi mujer ni a mi. Venimos de coches grandes, normalmente berlinas o gran turismos y meternos en esta caja de zapatos era un poco agobiante.
Falta de maletero, demasiada dureza de suspensión, tacto muy brusco… en fin, era un coche que nos alejaba un poco de nuestro estereotipo de coche ideal que habíamos venido disfrutando desde hacía unos años, sin embargo sucede que nos quedamos sin coche tras la trágica «muerte» de nuestro anterior Saab 9-5 Aero (DEP) y este se nos presentó como una oportunidad que no pudimos rechazar, sin embargo sabíamos que antes o después terminaríamos cambiándolo por otro.

La compra
El caso es que, como digo, allá por Mayo de 2024, estábamos ya bastante cansados del A3 y nos rondaba en la cabeza la idea de cambiar de coche.
Empezamos a estudiar posibilidades, entre ellas teníamos en mente BMW Serie 5, Serie 7, Audi A6, A8, Mercedes Serie E, Serie S, en fin: coches que nos gustaban.
En vistas de lo estrictas de las nuevas normativas ECO y todo el rollo «eco-friendly» que tan en boga está hoy en día, quería adquirir un V6 o V8 atmosférico a ser posible, de gasolina, pues la cantidad de Km anuales que hacemos se sitúa por debajo de los 10.000 y ya que estábamos, queríamos darnos un capricho.
Por razones que no vienen al caso, tomando café con unos familiares recién mudados, me dice mi tío
– Sobrino, tienes que ayudarme a vender el coche. Necesito que lo anuncies y te ocupes de la venta.
Sabía que mi tío tenía dos vehículos, así que le pregunté
– ¿Cuál de los dos? ¿El Mercedes o el Jeep?
A lo que mi tío contestó
– El Jeep. El Mercedes está recién cambiada la culata y queremos conservarlo, pero el Jeep apenas nos cabe en el garaje.
Rápidamente intenté recordar lo poco que había visto de aquel coche. Sabía que era un Grand Cherokee, que era diésel y poco más.
No sabía nada de mecánica Jeep ni de motorizaciones.
El caso es que tras acordar precio (5500€) hablamos mi mujer y yo en privado y decidimos quedárnoslo.
Fué un salto a ciegas en cuanto a las características del modelo pero con la garantía de conocer muy bien a mi tío y saber que el mantenimiento del coche había sido llevado a rajatabla (algo que, como veremos más adelante y también en futuros capítulos resultó no ser tan bueno pero no por culpa de mi tío, sino por otras razones).
El coche había sido adquirido inicialmente por mi primo (el hijo de mi tío) en un concesionario de Sevilla en 2008 y poteriormente cedido a mi tío unos años atrás.
Al principio nadie sabía decirme qué motor tenía el coche, así que con la matrícula busqué la info por internet. Se trataba de un Jeep Grand Cherokee WH 3.0 CRD con motorización Mercedes Benz v6 (OM642) de 218Cv. Una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando vi el motor.

Hace unos meses no tenía ni puñereta idea de la locura sobre la escalada de precios de los 4×4 de ocasión, por lo que tampoco sabía el buen precio que había obtenido por el coche.
Primera toma de contacto
Nada más tomar posesión del «bicho» (hoy en día lo apodo «la tractoneta» por cómo trepa por la montaña), nos fuimos a dar una vuelta por caminos cercanos. Insisto: no tenía ni idea de 4×4, tuve que leerme el manual para saber cómo conectar la reductora.
Todo eran sensaciones nuevas para mi. Viniendo de un motor TDi de 140Cv con transmisión DSG (y levan en el volante) la caja MB del Jeep me pareció perezosa no: lo siguiente. Claro, que tampoco tenía idea de las inercias tan gigantescas, pues no sabía que el trasto este pesa prácticamente 2,5Tn en orden de marcha.
No tardé ni 10 minutos en acostumbrarme al cambio. Es perezoso, sí y cambia demasiado (reduce con mucha facilidad aún teniendo par motor para empujar) pero en cuanto te haces a él descubres que es una máquina muy muy veloz.
Es capaz de alcanzar los 200Km/h con relativa facilidad (increíble para el peso que tiene). El empuje en salidas es muy bueno, pero lo que más me sorprendió fue la suavidad y el tacto de conducción.
He de decir que en aquel entonces llevaba unos neumáticos mixtos 80%-20% (Michelin) que obviamente se desenvolvían mejor en carretera que en Off Road, de ahí también los bajos consumos (9L/100 a velocidad legal), algo que duró solo hasta el cambio de neumáticos.
En conclusión: ¡no podíamos estar más contentos!
Por fin volvíamos a tener un coche grande no: lo siguiente, alto, muy alto (piensa que veníamos de un deportivo con llantas de 18″ y suspensión rebajada, que no roscada), por lo que lo veíamos todo desde «las alturas», diésel (aunque yo quería gasolina, sí) y lo mejor: V6 Mercedes, algo que para mi es importante desde el punto de vista de la fiabilidad.
El motor
Ya sabes (y si no lo sabes te lo cuento yo) que el motor OM642 y la caja con convertidor de par se monta en una gran cantidad de vehículos, desde el Chrysler 300C (otro coche que me apasiona) hasta modelos de Mercedes como el Serie E (W212), el CLK (C209), el ML II (164/4JG) o el Serie S (W221), así como tambíen en un par de modelos de la furgoneta Mercedes Benz Vito (o V, no recuerdo bien).

El caso es que, como digo, estábamos encantados de la vida (y lo seguimos estando!) con la nueva adquisición, por lo que, al igual que hago siempre que adquiero un vehículo de ocasión (que salvo uno en particular y hace muchísimos años, todos han sido de ocasión), me dispuse a comprar todos los filtros, aceites y kits para realizarle un mantenimiento en profundidad, pues sea de quién sea el coche que compro, es algo que hago sistemáticamente, así me garantizo que el mantenimiento es el correcto, que sigo las pautas del fabricante y por lo tanto minimizo las posibilidades de fallos a la larga.
La diversión estaba por llegar. No exenta de problemas, como veremos en próximas entradas, pero diversión ha habido y mucha más que está por llegar.
En el siguiente capítulo te contaré cómo se formó Off Road 4×4 Levante así como algunos de los problemas mecánicos que enfrentamos con el Cherokee.
Un saludo y ¡Gas!